• Columna de opinión.
  • Escrita por: Karla Gabriela Villaseñor Torres.

Bastantes personas me han preguntado ¿Por qué me decidí en hacer política? ¿Cuál fue o cuáles fueron los motivos por los cuales tomé la decisión de adentrarme a esta forma de vida y de participación ciudadana? Tiene mucha importancia explicar mis motivos, ya que al igual que yo, puedo asegurar que muchas personas pudieran integrarse cada vez más compartiendo razones muy similares.

Primeramente, ¿quién soy yo?

Soy una joven mexicana, nací en el estado de Jalisco, soy mujer, madre y profesional de una carrera tan amplia y que se observa en todo lugar y que tiene motivos de trabajo importantes y valiosos en la vida, soy una profesional de la carrera de psicología y aquí, pude encontrar un impulso interesante que compartiré un poco más adelante. Soy una joven apasionada del aprendizaje y la enseñanza, el análisis es uno de mis principales fuertes, pero sobre todo capaz de llevar a cabo el deseo de escalar y aprender cada vez más, para lograr mis objetivos.

Quiero dar un texto breve de qué es la política para posteriormente llegar a la exposición de mis motivos principales; la política es el proceso mediante el cual se toman decisiones colectivas para organizar y dirigir una sociedad. Abarca las formas en que las personas y los grupos interactúan para influir en la distribución del poder, los recursos y la toma de decisiones en diversos niveles, desde el local hasta el global. La política puede involucrar la creación de leyes, la administración del gobierno, la promoción de derechos y libertades, así como la resolución de conflictos y la formulación de estrategias para el bienestar común. Además, la política no solo se da en el ámbito gubernamental, sino también en muchos otros aspectos de la vida social, como las organizaciones, las empresas o las relaciones interpersonales, donde se negocian intereses y se toman decisiones colectivas.

Decidirse a hacer política puede estar motivado por una variedad de razones personales, sociales o ideológicas. Tal vez sentiste la necesidad de generar un cambio en tu comunidad, de influir en decisiones que afectan la vida de las personas o de luchar por causas que te apasionan, como la justicia social, la educación o el medio ambiente. También puede que hayas observado desigualdades o problemas en tu entorno y te hayas sentido impulsado a ser parte de la solución.

Cada persona tiene su propia motivación detrás de esa decisión, pero lo común es el deseo de tener un impacto positivo en la sociedad y contribuir al bien común. La mía fue después de entender que la política me rodea en todo sentido, desde mi día a día, mi economía, mi salud, la educación, la seguridad, que de seguridad no tenemos mucho ¿Cierto? Pero a final de cuentas todo el trabajo de un bienestar ciudadano se resume y se define a este mundo. Fue ahí donde iniciando la carrera conocí a una mujer a quien voy a agradecer el impulso que me dio para comprender que la vida no estaba bien y es gracias a la maestra Ruth Ramírez Olivares, una mujer feminista, inteligente y valiente, quien durante las jornadas de clases nos presentaba la realidad de la vida en el estado de confort donde muchos nos encontrábamos. Todos vivíamos en esa realidad, pero no todos nos atrevíamos a señalarla y a exigir lo que nos merecemos, y te preguntarás ¿Cómo no darse cuenta del mundo real dónde vives si ahí vives? Exacto, he ahí la respuesta, claro, ahí vives, la padeces y la gozas, pero simplemente vives.

Nos han enseñado a normalizar todo lo que nos gira, que sí asaltan en esa zona, fácil, ya no transites por ahí, que sí no te atienden en el IMSS, pues no vayas al IMSS, paga una consulta particular y ya, que sí el dinero no te alcanza, tampoco es siempre un problema, limita tus gastos o trabaja doble, pero a final de cuentas, cada una de las carencias que vivimos los ciudadanos mexicanos, son justificables, y eso ya está normalizado. Entonces fue ahí donde decidí salir de ese estado de confort guiado y comenzar a generar un activismo y un rechazo a la nula “calidad” de vida que estamos viviendo.

Comencé a generar actividad social cuando me integraba a marchas colectivas, marchas que tenían propósitos directos en los derechos humanos y de justicia, cuando en redes compartía con todo el dolor e impotencia a personas desaparecidas, empecé a leer más acerca del derecho humano, de las leyes y los órganos que nos respaldan, de nuestros derechos y obligaciones, así como lo que el gobierno tiene como obligación darnos y que no debería de ser opción, claro que parece todo lo contrario, lamentablemente ya es un privilegio no ser asaltado hoy en día, ya es un privilegio tener una cita en el IMSS, también lo es cuando un niño estudia y tiene apoyo del gobierno porque lo resaltan en redes sociales y se “paran el cuello con él” y ya con eso, ya hicieron muy bien su trabajo y no estimados lectores.

No lo hicieron bien y no lo están haciendo. Y parte de mi deber hoy en día es, continuar haciendo ruido ciudadano, no voy a quedarme callada ante gobiernos corruptos y que, gracias a eso, los ciudadanos estamos padeciendo su falta de capacidad para poder proporcionar lo que nos merecemos. Quiero seguir generando el interés en más ciudadanos, agradezco a todas esas personas que me han acompañado y que han participado en conjunto conmigo en análisis sociales y políticos, independientemente de si son personas adentradas en ello o no. Continuemos invitando a jóvenes y profesionales, eso necesita la política, personas preparadas, actualizadas, éticas y decididas, para que unidos podamos generar el cambio que ya merecemos y que, si no actuamos hoy, mañana podría ser muy tarde.