• Columna de opinión.
  • Escrita por: Eduardo González Velázquez.

Andrés Manuel López Obrador luego de seis años en la presidencia de la República se retira para dar paso a su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo. Como en cada sexenio el corte de caja no es suficiente, pues al paso de los meses en el siguiente gobierno se van acomodando algunas cosas que dejan de herencia las administraciones que concluyen. No obstante, van algunas reflexiones sobre el sexenio obradorista.

1.- Insistentemente se dijo desde varias trincheras que el gobierno de la 4T se significaba como un cambio de régimen, el mismo presidente lo reiteró constantemente, sin embargo, dado los resultados y las prácticas políticas llevadas a cabo por López Obrador y su partido Morena, su sexenio no alcanzó para poder hablar de un cambio de régimen (algo que yo he sostenido a lo largo de todo el sexenio), aunque si establecen las bases para avanzar con pasos firmes en esa dirección. El siguiente gobierno llegará a Palacio Nacional en mejores condiciones para llevar a cambio un verdadero cambio de régimen político.

2.- Uno de los aciertos de este gobierno fueron la multiplicidad de programas sociales enfocados a la población más vulnerable fuese cual fuese el origen de su carencia. Al menos fueron puestos en marcha 30 programas y proyectos sociales prioritarios. Así, tenemos Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, apoyos a madres solas, becas para el Bienestar Benito Juárez de Educación Básica, Media Superior y Superior, pensión para personas adultas mayores, programa de empleo temporal, programa de estancias infantiles, apoyo a los productores del campo. Sin duda, los recursos entregados al menos a un miembro de 35 millones de familias, así como el sustancial aumento al salario mínimo que hoy es de 248.93 pesos diarios y 374.89 en la Zona Libre de Frontera, mientras en 2018 era de 88 pesos por día, y la millonada de dólares remeseros que llegaron este sexenio fueron piezas fundamentales para sacar de la pobreza a prácticamente 10 millones de personas.

3.- Si bien es cierto, que durante la 4T se lograron desmantelar varias redes de corrupción que carcomían a la economía nacional, esta práctica continúa encarnada en varios tejidos de la sociedad civil y política, por lo que erradicarla será una tarea que deberá continuar el próximo gobierno.

4.- Lejos de dilapidar nuestras reservas internacionales, el gobierno de la 4T terminará con un nivel histórico de 225 mil 109 millones de dólares en nuestras reservas. En total el incremento con respecto a las reservas dejadas por Peña Nieto fue de 51 mil 500 millones. Por otro lado, México se consolidó como el segundo socio comercial de Estados Unidos; asimismo, López Obrador es el primer presidente desde Luis Echeverría que no devalúa la moneda, y la Inversión Extranjera Directa de 2019 al primer semestre de 2024 suma 153 mil millones de dólares con lo que superó los récords históricos que teníamos.

5.- Un eje fundamental de este gobierno fueron las obras de infraestructura: Tren Maya, Tren Interoceánico, puerto aéreo Felipe Ángeles (AIFA), puerto aéreo de Tulum, refinería de Dos Bocas, el tren interurbano CDMX-Toluca, y un robusto programa de caminos y carreteras. Sin duda, estas obras potenciaron el crecimiento y desarrollo económico de las regiones donde se establecieron.

6.- Por su parte, la política migratoria estuvo llena de grises. Comenzó con el pie derecho cancelando el Programa Frontera Sur de Peña Nieto que militarizaba el control migratorio, también se firmó el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular conocido como Pacto de Marrakech, y se permitió a las personas migrantes acceder a algunos programas sociales. Todo cambió con la presión del gobierno de Donald Trump y México se vio obligado a mandar 6 mil miembros de la Guardia Nacional al sur de nuestro país para detener la migración y aceptar ser Tercer País Seguro para recibir a 130 mil migrantes que esperaban respuesta de Estados Unidos a su solicitud de asilo. Con el paso de los meses y la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca las exigencias y presiones de Estados Unidos se redujeron un poco, sin embargo, la violencia e inseguridad que sufren los migrantes a su paso por la “Frontera Vertical” mexicana no pudieron ser disminuidas durante el gobierno de López Obrador, así como tampoco las extorsiones sufridas a manos de miembros de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina Armada y las policías estatales y municipales.

7.- Diez años después de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa, Guerrero el gobierno de la 4T no tuvo los elementos suficientes ni la voluntad política necesaria para saber qué pasó la noche de Iguala.

8.- La apuesta del gobierno de cancelar el Seguro Popular y sustituirlo con el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), no dio los resultados esperados, de hecho, me parece que fue uno de los grandes desaciertos de la 4T. Reconozco, desde luego, el gran trabajo que hizo la Secretaría de Salud para enfrentar la pandemia de covid poniendo en marcha la reconversión de hospitales para atender a los enfermos y realizar una exitosa campaña de vacunación.

9.- Quizá el compromiso con el menor grado de cumplimiento ha sido el de generar mayor seguridad a la población y reducir considerablemente la violencia. Es cierto, que hoy se cometen menos homicidios cada día que los perpetrados en 2018, sin embargo, el sexenio terminará con casi 200 mil muertos. La multiplicación de los cárteles de la droga y sus luchas por el control de las plazas continúan generando violencia en diversas comunidades, frente a ello la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina Armada no han podido establecer control efectivo en algunos lugares del país.

10.- Uno de los legados más importantes del gobierno lopezobradorista son las reformas constitucionales enviadas al poder Legislativo el 5 de febrero pasado y concretadas en los últimos días del sexenio por Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión. En cuanto a la reforma al Poder Judicial, no tengo duda que era necesaria, como también es perfectible. Seguramente las ausencias y errores que contiene podrán ser atendidas por las cámaras de Diputados y Senadores el durante el siguiente sexenio. Las voces escuchadas por doquier ora del gobierno, ora de la oposición, ora del empresariado, ora de la ciudadanía en general, cotidianamente daban cuenta del problema en la impartición de justicia en México, lo cual nos muestra que la reforma era necesaria. Esta reforma se significa como el cambio más profundo en décadas a ese Poder. Menciono lo anterior sin dar por hecho que la composición de los tribunales mediante la elección de jueces, ministros y magistrados de entre candidatos seleccionados por su idoneidad para tales cargos, garantice una impartición de justicia como la necesitamos, pero pienso que eso es mejor a que sea el Poder Ejecutivo quien designe a los miembros de la SCJN. Por supuesto, que será necesario realizar cambios profundos también a nivel local, donde la corrupción en la impartición de justicia es la moneda de cambio cotidiana, sin olvidar, desde luego, los necesarios cambios en las fiscalías federal y estatales.

11.- No podemos dejar de mencionar algunas de las cosas que la oposición aseguró a pie juntillas que sucederían en México durante el gobierno de López Obrador y, que por supuesto, no pasaron: el dólar llegaría a 30 pesos y la gasolina a 35 pesos, que se expropiarían las empresas privadas, que los médicos cubanos reemplazarían a los mexicanos, que nuestro país saldría de la OEA, que AMLO aparecería en las portadas de los libros oficiales de la SEP, que se cancelaría el Gran Premio de México de la F1, que se eliminaría el Estado laico, que Evo Morales se integraría al gabinete federal, que el SAT rastrearía los depósitos mayores a 5 mil pesos, que la campaña de vacunación contra covid tardaría 120 años en llevarse a cabo, que se prohibirían las energías limpias, que se eliminaría de los documentos oficiales la frase “no reelección”, que se imprimirían billetes de 2 mil pesos por la inflación, que se expropiarían las casas rentadas, que los libros oficiales de la SEP adoctrinaban en el “comunismo”, que se eliminaría el feminicidio como delito grave, que sería cerrada la basílica de Guadalupe, que desaparecería la propiedad privada, que AMLO se reelegiría hasta su muerte, y la afirmación de la existencia fantástica del “algoritmo del fraude” usado para desviar los votos a favor de Xóchitl a la contabilización de Claudia y así pudiera ganar la elección.

12.- Andrés Manuel López Obrador concluye su sexenio con un promedio de aprobación de 70 por ciento, producto del trabajo realizado durante seis años. Se va de Palacio Nacional como uno de los presidentes más queridos desde tiempos de Lázaro Cárdenas del Río.

13.- A querer o no, seguiremos teniendo un lopezobradorismo ya sin Andrés Manuel en la presidencia que ayudará al gobierno de Claudia Sheinbaum a continuar andando por la ruta trazada por el tabasqueño, sin que eso signifique que la nueva presidenta renuncie a su propio proyecto de gobierno.

  • Profesor Tec de Monterrey.
  • @contodoytriques