Por: Redacción | Rumbo MX

“Ya chingó a su madre el curita”. Esta frase habría sido mencionada por uno de los gatilleros contratados a sueldo para asesinar al Cardenal Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993. Los pistoleros formaban parte de la Policia Judicial Federal, de acuerdo a varias versiones periodísticas. Otras voces señalan que eran pandilleros californianos, contratados para matar al purpurado

Todo enmedio de una confusión orquestada por el Gobierno Federal en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en el que concluyeron ese tráfico medio día tres diferentes grupos armados: el que ultimó al líder católico, el del Chapo Guzmán, y el de los Arellano Félix.

Estas versiones sin embargo nunca han sido confirmadas oficialmente por el Gobierno mexicano. A 30 años exactos de la tragedia, el crimen sigue sin resolverse.

La versión oficial en aquel lejano 1993 fue la del fuego cruzado. Pero cuando el doctor Mario Rivas Souza, quien encabezaba los servicios forenses en Jalisco, fiel a su estilo valiente declaró que los disparos contra el Cardenal no fueron directos, sino “directísimos”, el gobierno tuvo que cambiar su versión por la de la confusión.

Según el gobierno, el cardenal habría sido confundido con El Chapo Guzmán, por testaferros del extinto Cartel de Tijuana que tenían diferencias con el emergente capo de Sinaloa.

¿Por qué asesinaron al Cardenal?

El abogado de la Arquidiócesis, José Antonio Ortega Sánchez, ha desmentido una y otra vez la versión de la confusión y el fuego cruzado.

El Cardenal en realidad tenía un expediente con pruebas que implicaban a “varios políticos mexicanos con el crimen organizado, entre ellos los de Raúl Salinas de Gortari, hermano del en ese entonces presidente Carlos Salinas de Gortari”, según un reportaje del portal La Silla Rota.

El gobierno comenzó a buscar chivos expiatorios. Los Arellano Félix se reunieron con el Nuncio Apostólico, Jeronimo Prigione, para asegurarles su inocencia. Le recordaron que su madre Enedina era muy religiosa y por ello, jamás habrían ordenado semejante atrocidad. Esto se relata en un libro del periodista Diego Petersen.

Finalmente, el líder del Cartel de Juárez Amado Carrillo Fuentes que entonces había heredado la posición del Capo más poderoso de México luego del derrumbe de Miguel Ángel Felix Gallardo, se reunió con Javier Coello Trejo, ex subprocurador de Lucha contra el Narcotráfico

“Durante la reunión acordaron que “El Chapo” sería el señalado como el culpable del asesinato de Posadas Ocampo. Así, Amado Carrillo se deshacía de Joaquín Guzmán sin derramar sangre, prefiriendo así a los Arellano Félix”, escribió Petersen.

¿Quienes mataron al Cardenal?

De acuerdo con el periodista Jesús Lemus, en su libro “Los Malditos”, que relata sus charlas con célebres criminales en el Penal de Puente Grande, el asesino material del Cardenal fue el ex pandillero californiano José Humberto Rodríguez Bañuelos, “La Rana”.

“A él y sus sicarios, los contrataron los militares. Él no sabía quién era la víctima, hasta que hizo el trabajo” escribió Jesús Lemus, periodista que fue encarcelado como preso político en tiempos de Felipe Calderón.

Pero José Antonio Ortega Sánchez, abogado del Arzobispado de Guadalajara asegura que el escuadrón armado que mató al Cardenal estaba formado por elementos de la Policía Judicial Federal

“Eso fue confesado ya por Rodolfo León Aragón, director de la PJF”, señaló Ortega Sánchez.

Sus homólogos lo recuerdan

La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado este 24 de mayo en el que señala:

“Conmemoramos el triste aniversario del asesinato del Cardenal Juan Posadas Ocampo. Hace treinta años fue víctima de un acto de violencia injustificable que dejó una herida abierta en nuestros corazones y la historia de nuestro país”

Recuerdan que Posadas fue una voz valiente que luchó por la justicia y los valores cristianos, por lo que su legado y su sacrificio valieron la pena.

Sin embargo, ya no piden justicia, ni sentencia sobre este trágico caso. Solo se limitan a elevar oraciones en memoria del purpurado y hacen votos para que su legado impulse a los cristianos a ser testigos valientes de la fe y a trabajar por la reconciliación de los mexicanos en un clima de paz y justicia

A 30 años de distancia lo ubicó cierto es que hasta ahora no ha habido una conclusión formal, científica y oficial, por parte de las autoridades mexicanas.

Mientras tanto, el tufo de un crimen de Estafo continuará flotando entre la opinión pública, al igual que otros magnicidios de aquel sexenio.