Por: Eduardo González Velázquez

Se va el 2022 y cada vez se acerca más el 2024. La carrera (en estos momentos precarrera) presidencial cada día es más evidente. Todos están inquietos. Todos se mueven. Todos aparecen. Todos levantan la mano. Ahora sí se mueven para salir en la foto. Lo mismo en las entrañas morenistas que en las parcelas de la oposición los suspirantes no dejan de moverse.

Aunque todos se agitan, hay de ajetreos a ajetreos. Unos restan más que sumar, en cambio otros hasta multiplican, también están los que dividen. Estos últimos son los que observamos en la oposición. Una oposición que insiste en ser su propia antagonista.

Cualquiera que sean las cuentas hechas por la oposición, hoy en día, ni en alianza le quitarían la presidencia a Morena en 2024, mucho menos si van separados.

Esto no parecen entenderlo. Esta semana se llevó a cabo la Convención Nacional Democrática extraordinaria del partido Movimiento Ciudadano, en ese marco, su fundador y mandamás, Dante Delgado confirmó que no irá con el PAN, PRI y PRD en coalición para la elección presidencial. Sin duda, su discurso triunfalista con relación a los procesos electorales de Coahuila y el Estado de México en 2023 y el presidencial al año siguiente, contrasta con el porcentaje de aceptación que tiene MC entre la ciudadanía, que apenas llega a 7 por ciento. Con lo cual aun duplicándolo no estaría ni cerca de ganar algo.

Además, sus principales personajes y posibles candidatos Luis Donaldo Colosio Riojas, Samuel García y Enrique Alfaro, no dan muchas muestras de siquiera querer hacer alianza entre ellos. Todo lo cual, es el escenario que más beneficia a Morena en los siguientes procesos electorales. Estás desavenencias naranjas se observan en dinámicas locales como lo vivido en Jalisco donde los emecistas luchan contra los emecistas.

Además, las propias disputas en MC están dejando muy debilitada a la alianza Va por México, patrocinada por Claudio X. González, lo cual también puede afectar los procesos legislativos en San Lázaro de aquí hasta el final del sexenio donde la pepena de votos estará a la orden del día. Tal parece que en la oposición lo más seguro es su división.

Como si los encontronazos entre la oposición no fueran suficientes, desde afuera se agitan las aguas de quienes podrían quedar varados en el camino presidencial de Morena y pedir un salvavidas naranja: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Ambos personajes quieren la candidatura presidencial del partido del presidente, López Obrador, pero parece que el inquilino de Palacio Nacional está cargando los dados a la administradora del antiguo Palacio del Ayuntamiento, Claudia Sheinbaum, entre palacetes te veas.

Hoy por hoy no tenemos evidencia de los nombres que aparecerán en la próxima boleta presidencial, lo que es un hecho, es que la oposición seguirá siendo su propia oposición y que AMLO y Morena les harán el caldo gordo. No hay mejor escenario que ese para quienes hoy ocupan la presidencia de la República.

Profesor Tec de Monterrey

@contodoytriques