Se le acabó el tiempo a Emilio Lozoya.
Las cenas en restaurantes de lujo y el hecho de que poco aportara al caso de corrupción de Odebrecht le salieron caro.
El temor de que el ex director de Petróleos Mexicanos pudiera evadir la justicia, ha llevado a la Fiscalía General de la República a solicitar la modificación de las medidas cautelares que mantenían en libertad condicional a Emilio Lozoya, y así enviarlo a prisión preventiva.
“Son una absoluta falta de respeto y una provocación a las autoridades. Se han interpretado como una actuación sesgada de la autoridad y mandan un mensaje de que hay una justicia diferenciada. No es aceptable”, señaló el abogado de PEMEX.
Durante la última audiencia presencial de Lozoya en el Reclusorio Norte los los fiscales solicitaron también declararon improcedente el criterio de oportunidad con el que se había manejado desde el año pasado.
Y es que según la FGR, el mismo utilizó este privilegio para “obstaculizar su proceso”.
La Fiscalía señaló además que posee información de que el ex funcionario del Gobierno de Enrique Peña Nieto tiene acceso hasta dos millones de dólares, a una red de contactos que lo ayudarían a librar la justicia, además de que en el tiempo que tiene en México, tras su regreso de España no ha manifestado ni el más mínimo interés en aportar pruebas en el caso Odebrecht.
De esta manera la FGR busca acusar a Lozoya de Cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero, con lo que podría alcanzar una pena de hasta 35 años de cárcel. Sin embargo el proceso del ex director de Pemex fue aplazado un mes más, pues la defensa consiguió darle hasta el 3 de diciembre para que presente más pruebas.