Un absurdo, un engaño, inviable, poco clara, eso y otros adjetivos más ha recibido la consulta para preguntarle a los mexicanos si consideran que los expresidentes deben ser sometidos a juicio, o no. Lo que es claro, es que las opiniones están divididas.

Con este ejercicio podrían ser juzgados los mandatarios mexicanos desde la época de Carlos Salinas de Gortari hasta el antecesor de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto.

Incluso, ha sido el tema por el que el propio expresidente Vicente Fox llamó “zafada” a Claudia Sheinbaum, jefa del Gobierno capitalino.

“Estas bien zafada, es la tontería más grande del mundo. Por estos comentarios tuyos perdiste la elección en CD de MX”, escribió Vicente Fox en su cuenta de Twitter.

Algunos opinadores de la vida nacional han señalado que el ejercicio es innecesario cuando hay en puerta otras necesidades más urgentes para el Gobierno de México. Por ejemplo, Alejo Sánchez Cano, en su columna Desde “San Lázaro· para el diario El Financiero, ha calificado el ejercicio como una ocurrencia para desviar la atención de los temas más importantes en el país.

“En estos momentos se mantiene vigente, por ejemplo, el surgimiento de un rebrote del Covid-19 en varias ciudades y en especial la CDMX, por la torpeza de anticipar el regreso a las clases presenciales, entre otras malas decisiones que le mantienen abierta la puerta a la pandemia. La inflación sigue al alza y contrasta la real contra la que informa el gobierno, basta comparar los precios de los insumos básicos de un hogar, del primer trimestre del año contra los actuales”, se lee en el recuento hecho en su columna.

Otro de los férreos críticos de la iniciativa es el periodista Carlos Loret de Mola, quien desde el diario The Washington Post ha criticado el desafío que ha plantado López Obrador a las viejas reglas no escritas del Sistema Político Mexicano de no tocar a los ex presidentes. Pero Loret de Mola no justifica la realización de la consulta en una búsqueda de justicia por parte del mandatario, sino más bien por por la necesidad de levantar su popularidad con fines electorales.

La consulta que se realizará el primero de agosto de este año por el INE, ha sido objeto de análisis y discusión también desde el nicho académico, como lo ha hecho el Tec de Monterrey a través de sus investigadores y especialistas políticos, como lo es el caso del doctor Juan Manuel Ortega Riquelme, politólogo y director regional del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales región Ciudad de México, quien señaló que la misma consulta en sí, es una condena y se olvida del precepto de la presunción de inocencia.

Me parece que si algún presidente cometió un ilícito, éste se debe castigar. Claro, para eso hay que comprobar que se cometió ya que, al igual que todo ciudadano, un expresidente tiene derecho a la presunción de inocencia. Es decir, es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Declarar un juicio a los exdirigentes es condenarlos sin pruebas por lo que pudieron o no haber hecho, de acuerdo con un individuo o un grupo de personas”, ha señalado Ortega Riquelme para artículos de dicha Casa de Estudios.

Medios como Expansión Política hasta han hecho recuentos señalando los porqués de la inviabilidad de la consulta, enlistando algunas de ellas:

  • La justicia no se consulta
  • Tiene un trasfondo político no jurídico
  • Es inconstitucional
  • Los delitos ya preescribieron
  • Puede caerse en omisión
  • Propone aplicación diferenciada de la justicia
  • Abre lapuerta a que todo pueda ser sometido a consulta
  • Complicado que pueda ser vinculante

AMLO sigue defendiendo su ejercicio

Esta semana el presidente de México, retomó el tema de la Consulta contra los ex mandatarios en la conferencia matutina y recordó la necesidad de “hacer justicia” ante los casos de corrupción, como los que sucedieron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

“¿Porqué enjuiciar a Peña Nieto? Por los actos evidentes de corrupción. Ahí está como testigo protegido el que estaba de director de Pemex declarando que, por órdenes superiores, para aprobar las llamadas reformas estructurales, sobre todo la reforma energética, se entregaba dinero a legisladores de los partidos que ahora son de oposición. Entonces, hay materia. ¿Qué ocasionó todo esto? La ruina del país, el que México perdiera su posibilidad de desarrollo en los últimos 30 años, fue todo un periodo decadente”.

Y detalló que propuso la Consulta porque quiere que los mexicanos traten el tema “como ciudadanos responsables”.

“Yo ya fijé mi postura desde que tomé posesión, dije: Punto final, vamos hacia adelante, yo no voy a participar en la consulta ni voy a votar porque se enjuicie a los presidentes, pero tampoco quiero pasar a la historia como tapadera, como alcahuete. Ahí está, que todos den a conocer su punto de vista libremente, que cada quien decida”. 

En total, el ejercicio de participación ciudadana costará 528 millones de pesos, según ha señalado el Instituto Nacional Electoral