El año pasado, por estas fechas, vimos con mucha curiosidad cómo un grupo de personas convocaban a manifestarse públicamente en contra de Andrés Manuel López Obrador de una manera muy singular: a través de caravanas automovilísticas.

Iniciaron en el mes de marzo, siguieron en abril, se fortalecieron en mayo y poco a poco hicieron más ruido. Los fines de semana eran aprovechados para salir con sus coches a las zonas más transitadas de las principales ciudades del país para hacer saber a la gente su inconformidad y odio hacia el presidente. Se hacían llamar el Frente Nacional Anti AMLO, FRENA. Su objetivo: sacar a AMLO del poder.

Aunque absurda la demanda, resulta que FRENA, en menos de seis meses, pasó de ser una caravana de automovilistas convocados a través de Facebook, a un grupo que logró colar tiendas de campaña en el Zócalo de la Ciudad de México. Hay quienes desestimaron a la agrupación y dudaron de su capacidad política y mediática. Es cierto, que después de haberse instalado en el corazón de la capital del país, a las pocas semanas su movilización se apagó; y mucho tuvo que ver con el escenario electoral y al final, el logro de un bloque opositor como Va Por México que retoma la demanda central de ir contra MORENA y AMLO, vía las urnas.

Sin embargo no estoy seguro que la finalidad electoral haya acabado con las inquietudes de dicha agrupación. Es posible que FRENA, a pesar de no estar bien organizada, le apueste a sectores sociales desanimadas y motivadas por un hartazgo político y que, además, simpaticen con consignas de odio, discriminación y negación de derechos, sostenida por una declaración confesional de sus liderazgos, identificados con la ultraderecha católica y nutrido desde las regiones más conservadoras.

Hasta ahora el FRENA rechaza ser un movimiento político y en su discurso renuncia a cualquier postulado partidista. No por ello deja de ser un atractivo para los liderazgos políticos locales. Ningún partido ha manifestado un apoyo abierto hacia esta organización, pero vimos algunos guiños. Cuando Gilberto Lozano y sus simpatizantes intentaron llegar sin éxito al Zócalo capitalino el pasado septiembre del año pasado, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, lanzó una airada condena hacia la supuesta represión del movimiento y un apoyo total a la libre manifestación del frente. Esta misma postura también se observó con Felipe Calderón, quien, a través de sus redes sociales, manifestó su solidaridad con los manifestantes. Hay que recordar que ambos personajes tienen una fuerte influencia política en el Occidente, el Bajío y el Noreste del país.

También existen silencios políticos ante un activismo de presión que busca evitar el avance de agendas progresistas en dichas regiones. No es casualidad que el llamado PIN parental (el poder de veto a los padres para que decidan si a sus hijos se les da educación sexual en las escuelas públicas) haya causado una movilización de incidencia legislativa de grupos conservadores, concretamente en Nuevo León, donde exigieron a diputados locales su aprobación. También hemos visto cómo en Jalisco y Guanajuato han salido grupos ultraconservadores llamando a castigar electoralmente a los políticos que envíen iniciativas a favor del aborto.

Es aventurado asegurar que FRENA tiene una base social sólida para trascender a largo plazo. Sus detractores apuestan a que la agrupación se desintegre por su falta de contenido concreto, su desorganización e incluso sus fracturas internas. Sin embargo creo que, si bien su objetivo central no se cumplirá -hacer renunciar al presidente López Obrador- sí existen contextos que despertarán motivaciones y resentimientos sociales que se creían sepultados.

Hoy se hacen presentes con acciones aisladas, pero cada vez con mayor fuerza. A fuego lento se cocina una reivindicación de la lucha histórica por restablecer un orden moral basado en las buenas conciencias, donde el prejuicio y la intolerancia sea la narrativa que desvirtúe lo que se ha ganado en cuanto a la aceptación y reconocimiento de los derechos humanos hacia poblaciones minoritarias como los de las mujeres y personas de la diversidad sexual. Van por los espacios.

La siguiente entrega. FRENA Jalisco y los diálogos con los candidatos.

 

*Analista político y profesor de cátedra del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara.
Twitter: @paulalcantar