Que un político, en el punto cumbre de su carrera, decida declinar a sus aspiraciones, no es algo común. Al menos en Jalisco no se había visto. Son fuertes los motivos que han llevado a Ismael del Toro a renunciar a su intención de reelegirse como alcalde de Guadalajara. Ha determinado privilegiar el acompañamiento durante los próximos años a sus seres más queridos en un tema de salud en el entorno familiar. Por ello, la decisión es justificada y admirable.
Al final de este artículo dedico una reflexión sobre la valentía de Ismael, para quien solo confirmó mi admiración. Esta decisión, comenzó a manejarse desde el lunes 15 de marzo. Luego de ser procesada en el primer círculo alfarista, se dio a conocer el martes 16.
El anuncio ha sido trascendental y da un vuelco a la política del Estado. Por supuesto tiene inevitables implicaciones, sobre todo ante la cercanía de los registros para las alcaldías en Jalisco.
Para empezar, todo esto pone en predicamentos al gobernador Enrique Alfaro, pues aunque Movimiento Ciudadano tiene varias cartas, en realidad no son tantas, por dos motivos:
1- Ismael del Toro siempre fue el Plan A. No solo hoy, sino desde que nació el alfarismo. Ismael ocupó toda la vida el rol de sucesor natural de Enrique Alfaro en todo cargo. Primero en la alcaldía de Tlajomulco, luego en la de Guadalajara y la idea es que así fuera en la gubernatura en 2024. No solo es su amigo, sino el hombre de todas sus confianzas y por ende, la figura clave para la construcción de un proyecto transexenal. Por eso Alfaro resistió firme a todo para sostener a Ismael. Hasta a la posibilidad de que Pablo Lemus pudiera saltar a otro partido. Porque nunca hubo un Plan B. Ismael era el único sucesor posible.
2- Como no había Plan B, pocos personajes pidieron licencia 90 días antes como lo marca la norma electoral. Ante tal situación únicamente el senador Clemente Castañeda; la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón; el diputado local, Salvador Caro y por supuesto, Pablo Lemus, alcalde de Zapopan con licencia, son personajes competitivos que alcanzaron a retirarse a tiempo de sus puestos. La senadora Verónica Delgadillo solicitó licencia el 11 de marzo, hay que revisar si alcanza o no el plazo legal. Si así fuera, por supuesto que entra en la baraja de aspirantes.
De esas cartas, no es un secreto que Pablo Lemus es la más fuerte. Es hoy por hoy, el activo más importante que tiene Movimiento Ciudadano en Jalisco y el único capaz de pelearle a Morena.
Él buscó esa posición, sin éxito y hasta escuchó ofertas de otros partidos políticos. Pero fue muy hábil para no ceder al canto de las sirenas, y como un buen goleador, le tocó estar ahora en el área chica para rematar el balón que quedó a la deriva.
Si Enrique Alfaro quiere mantener Guadalajara para Movimiento Ciudadano, la carta más competitiva es Pablo Lemus. No hay de otra.
Sin embargo, esto implica pasar la estafeta a un nuevo grupo político al interior de Movimiento Ciudadano. Ya no sería la continuidad del equipo compacto que integran Alfaro, Ismael, Clemente Castañeda y Hugo Luna. Ahora se trata de entregar el poder al grupo de Lemus. Es otra corriente interna distinta. Alguien fuera del primer círculo.
Existe una frase clásica de la política: el que gana, no gana todo. Y en este juego de pesos y contrapesos, a Enrique Alfaro no le conviene que Pablo Lemus acumule tanto poder con dos eventuales candidaturas a alcaldías metropolitanas. Las dos más importantes, de hecho.
Esto lleva entonces a otra decisión política: que a Juan José Frangie ya no se le registre como candidato a la presidencia municipal de Zapopan. Para generar equilibrios internos, la candidatura ahora sería para un perfil del grupo del gobernador: Mirza Flores Gómez. O para la senadora con licencia Verónica Delgadillo (si es que el tiempo en que se retiró de su escaño en la cámara alta se ajusta a la norma electoral).
Es así, cómo podríamos estar, en caso de que Pablo Lemus sea colocado como candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, ante una posible transición hacia el empoderamiento de otro grupo político en Movimiento Ciudadano. El alfarismo “puro”, cedería su jetatura a la corriente de Lemus, rumbo al 2024.
Algunos podrán decir, que los astros se le acomodaron al ex presidente de Coparmex. Puede ser. Pero no podemos negar, que en política, el estar en el momento adecuado para aprovechar la circunstancia, también es una virtud.
Un abrazo, Ismael
Hay políticos que suelen construirse a su alrededor una fachada de fortaleza inexpugnable. Por eso el conmovedor mensaje de Ismael del Toro en el que anunció su declinación, para privilegiar a su familia en un momento complicado de salud para una de sus hijas, nos conmovió a propios y extraños e inspira un sentimiento de admiración.
La política es una actividad que requiere de trabajar los siete días de la semana, desde antes que salga el sol y hasta ya muy tarde, en los límites de la noche y la madrugada. El que anda en estas lides, desayuna, come, cena, respira y bebe política. No hay otra forma.
Y eso implica descuidar a quién más se quiere. El periodismo es muy parecido, muy demandante. Por ello, me sentí muy identificado y cercano con el mensaje de Ismael del Toro.
Ismael. Eres un hombre valiente. Esta decisión que haz tomado te hace aún mas admirable. Te mando un fuerte abrazo. Un abrazo solidario.
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