Ayer se reunieron en Cleveland, Ohio, los candidatos a la casa blanca, Joe Biden y el presidente Donald Trump.
Por supuesto había mucha expectativa de este ejercicio, debido a la gran polarización que hay en Estados Unidos entorno a los candidatos y a sus proyectos. Una división aderezada por temas de gran impacto como la pandemia de COVID19 y las protestas que se han realizado prácticamente en todo el país por la violencia policial contra afroamericanos.
En ese contexto, se desarrolla este primer debate de tres que se programaron en total.
Ha habido varias lecturas sobre el debate.
Analistas políticos en todo el mundo han señalado que ganó Biden pero no fue contundente, hay quienes dicen que Trump se lo llevó de calle y lo hizo ver lento y errático, que no pegó los mejores golpes en los momentos clave, que Trump se comportó fiel a su estilo y lo hizo pedazos.
En fin, son percepciones al final del día. Siempre un debate puede ser tan subjetivo como una pelea de box que se decide por decisión unánime.
El hecho es que fue el primer debate, para muchos el más importante de los tres, que incluso tuvo una audiencia cercana a los 100 millones de expectadores entre la televisión y las redes sociales.
En el contenido del debate, se vio a Donald Trump elogiando sus logros, siendo interrumpido por 35 ocasiones por el moderador.
Cuando se habló del tema de Antiffa, Biden dijo que era una idea y no una organización, no se quiso comprometer o que lo relacionaran con ese grupo, mientras que Trump, aunque dijo que estaba dispuesto a condenar el supremacismo blanco, reviró a Biden con la frase, debes estar bromeando, cuando el demócrata dijo que era solo una idea y es que Antiffa estaría detrás de la violencia y caos que ha habido en las marchas de Black Lives Matter.
Y por supuesto que Donald Trump no dejaría pasar la oportunidad para tocar el tema de Hillary Clinton, de cómo operó el plan de la trama rusa y el espionaje a la campaña del Republicano y la demócrata sigue apareciendo en el debate, por supuesto por la información que dio a conocer ayer por la mañana Chairman Graham, sobre una información desclasificada en la que se confirma que Hillary Clinton junto con el exdirector del FBI, James Comey, pusieron en la agenda pública la trama de Donald Trump y los supuestos hackers rusos para incidir en la votación de 2016 y desviar así la atención del uso del servidor de correo electrónico privado de Hillary para ocultar información importante para el país.
Sobre el tema de salud, Biden defendió y habló de aumentar el programa de cobertura, mientras que Trump ha insistido en que no funciona ese programa y se requiere uno Nuevo.
Y otro punto fundamental que me parece importante destacar es el tema del Covid 19, donde Biden acusa a Trump de su responsabilidad por los 7 millones de contagiados y 205 mil muertos por la pandemia, mientras que Trump asegura que haber cerrado el país por algunas semanas permitió que no fueran más muertos y que la clave es la reactivación económica y de clases que ha implementado, acusando a los gobernadores demócratas de no abrir sus estados y con ello generar más crisis económica y una pobre recuperación.
En general un debate intenso, con insultos de ambos lados. Trump brilló mucho más por su estilo, pero no perdamos de vista que si los efectos del debate permiten ver a Biden como un candidato que empató el debate o por lo menos no perdió por knockout, le permitirá tener ventaja en las encuestas, que es lo que debía cuidar el demócrata.
Ya veremos la próxima semana a los candidatos a la vicepresidencia Kamala Harris y Mike Pence y posteriormente dos debates más entre estos presidenciables en donde incluso puede subir de tono el debate, lo que sin duda, tendrá un efecto en el electorado.