Los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto deben ser llamados a declarar por la denuncia presentada por Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), ante la Fiscalía General de la República (FGR).
Estas fueron las palabras del Presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Con esta declaración se rompe una vieja tradición de la política mexicana: al antecesor no se le toca. Podrán caer subordinados de los expresidentes, gobernadores afines, amigos, pero nunca un expresidente.
Y aunque debemos tener reservas en este caso, el hecho de que el Presidente López Obrador diga que deben ser llamados a cuentas los expresidentes, derriba cualquier mito o realidad sobre un posible pacto entre el actual mandatario y el expresidente Enrique Peña Nieto.
La acusación de Emilio Lozoya tanto a Peña Nieto como a Luis Videgaray por el caso de los sobornos de Odebrecth a la campaña presidencial del PRI en 2012 debe ser probada. 
Lo mismo con el tema de Etileno XXI, el contrato que otorgó Felipe Calderón a Marcelo Odebrecth mediante las empresas Idesa y Braskem. Un contrato fuertemente cuestionado por ser un documento a modo para que los brasileños obtuvieran jugosas ganancias en la compra de etano.
Si las declaraciones y acusaciones de Emilio Lozoya son consistentes con pruebas que presente él mismo y las que pueda presentar la propia Fiscalía General de la República, podríamos ver por primera vez en México, una tormenta perfecta en contra de la oposición al actual gobierno, con sus dos expresidentes en el banquillo de los acusados. E independientemente de que puedan ser sentenciados o no, la imagen de verse en problemas con la ley, podrá ser el símbolo más importante para que el gobierno actual ratifique su discurso contra la corrupción y a su vez obtenga réditos electorales similares o incluso mejores a 2018.
Los elementos están, hay mucha información periodística de ambos casos, está lo que pueda presentar Lozoya y por una cuestión elemental de justicia, ambos expresidentes deben ser presentados a declarar, lo importante será ver si todo queda en un show mediático o realmente hay elementos para procesar ante la justicia a estos políticos que se sentían intocables.
Pues ni Zedillo se atrevió a tanto con Carlos Salinas, a pesar de haber encarcelado a su hermano Raúl.
Y por supuesto que este caso debe ser manejado de forma autónoma por la Fiscalía, pero sabemos que la cercanía del presidente con el Fiscal Alejandro Gertz Manero es una variable en la ecuación y por supuesto, en el resultado final.