Muchos se preguntan si el Pablo Lemus echado para delante de los últimos días, terminará con un rompimiento con el Gobierno Estatal emanado del mismo partido político, o si al final se doblará como lo hizo la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón.

Lemus Navarro reclama – me parece que con justicia- que no le avisaron de la intención de vender las Villas y que incluso el IPEJAL prometió los permisos municipales, sin preguntarle. Y aún con el anuncio del Gobernador Enrique Alfaro, del decreto para la protección de la zona de El Bajío, insiste en que no va a otorgar los permisos de habitabilidad.

¿Es auténtica la intención de Lemus en la defensa del medio ambiente y de la autonomía municipal? ¿O simplemente está simulando para engordarle el caldo al Ejecutivo? ¿O quiere vender caro su amor para negociar algo a cambio de ceder? ¿Terminarán imponiéndose los intereses políticos e inmobiliarios y las Villas Panamericanas de todos modos terminen siendo vendidas a una empresa particular?

A muchos nos sorprendió que Lemus se haya salido del huacal, como se dice coloquialmente. Ya lo había hecho María Elena Limón con el tema de la Policía Metropolitana. Pero aún así, no es común que en Movimiento Ciudadano ocurra algo así. Y mucho menos que se siga sosteniendo en su posición. A menos que de verdad, ya busque el rompimiento.

Lemus le debe a Alfaro que lo haya invitado a la política. Romper con él, sería algo similar a lo que hizo Alberto Uribe: un parricidio político. Por eso muchos dudábamos que ocurra.

Pero también hay una realidad. Lemus Navarro –como todo político- aspira a lo grande. No obstante, en Movimiento Ciudadano no va a ser candidato a gobernador en 2024. Ese lugar está reservado para el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro. A menos que ocurra algún escenario en extremo catastrófico en 2021 y los naranjas se quedaran sin gallos.

Por eso, cuentan algunas fuentes, Lemus está tanteando el terreno. Se sabe que hay grupos en Morena y en el Partido Acción Nacional que les interesa postularlo como candidato a gobernador en 2024. Bajo esa premisa, el rompimiento con Erique Alfaro no luce descabellado.

Claro que ese no es el único problema que tiene Lemus. Después de 2021m no tiene una vitrina a donde ir para aspirar a algo más. ¿Al gabinete? Luce difícil. ¿Cómo coordinador de los diputados locales? Eso no alcanza para ir por algo más grande. ¿Cómo diputado federal? Sería desarraigarse de Jalisco.

Hay algo muy cierto en la encrucijada de Lemus: Al decidir meterse con todo, en sus declaraciones en el tema de las Villas Panamericanas está apostando su prestigio y su capital político.

El primer escenario: Si sigue firme, y termina incluso con rompimiento, quedará como un auténtico héroe de la política local, pues no cualquiera se le enfrenta al gobernador de su partido por una causa tan noble como la defensa del medio ambiente.

El segundo escenario: Si termina doblándose, perderá su credibilidad y por más maromas verbales que busquen para justificar que habría reculado.

Lemus Navarro ya se metió… ¿Habrá calculado realmente que con esto se está jugando el todo por el todo?
Lo sabremos pronto. Más pronto de lo que se imaginan.