Horas después de anunciar el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano ha revelado el contenido de su testamento espiritual, un documento que refleja la profunda humildad, convicción pastoral y visión humana del primer pontífice latinoamericano de la historia.

El testamento, que fue redactado por el propio Jorge Mario Bergoglio en varios tramos, actualizándose por última vez en 2024. El texto, de tono íntimo y reflexivo, no solo se refiere a disposiciones personales, sino que también deja un mensaje dirigido a la Iglesia y al mundo.

“Gracias a Dios por el don de la vida”

En las primeras líneas de su testamento, el Papa Francisco agradece “a Dios por el don de la vida, por haberme llamado al sacerdocio y por haberme sostenido en cada paso, incluso en los más difíciles”. Reconoce su fragilidad como ser humano, pero también su fe inquebrantable en la misericordia divina.

El documento no contiene exigencias materiales, y, como era de esperarse, el papa no deja bienes personales. “No tengo posesiones que legar. Mi única riqueza es el Evangelio y el amor que he recibido del pueblo de Dios”, escribió.

Un llamado a la Iglesia: “Que no se cierre nunca sobre sí misma”

Uno de los pasajes más destacados del testamento del papa Francisco es su mensaje a la Iglesia Católica. En él, insta a los fieles, obispos y sacerdotes a mantener una Iglesia “en salida”, abierta, misericordiosa y siempre al servicio de los más pobres.

“Ruego a mis hermanos en la fe que nunca dejen que la Iglesia se cierre sobre sí misma, que no tenga miedo de ensuciarse las manos por el pueblo, que no pierda el aroma del Evangelio en su contacto con el mundo”, destaca el documento.

También se incluye una nota de gratitud a sus predecesores, en especial al papa emérito Benedicto XVI, de quien dijo que fue “un testigo de humildad y sabiduría teológica, cuyo legado merece ser cuidado con cariño y profundidad”.

Últimos deseos: entierro sencillo y sin monumentos

En línea con su estilo austero, el testamento del Papa Francisco expresa su voluntad de tener un funeral sencillo, sin honores excesivos, y que su tumba no se convierta en monumento.

Solicitó ser enterrado en los Jardines Vaticanos o, de no ser posible, en un lugar “donde los peregrinos puedan rezar en silencio”. El papa también pidió que su entierro se realice “con la serenidad de quien confía en la resurrección”.

Un legado espiritual que trasciende

El contenido del testamento del Papa Francisco ya ha comenzado a ser comentado por teólogos, obispos y fieles en todo el mundo. Muchos lo ven como un acto final de coherencia y humildad, fiel a la figura del pontífice que durante más de una década insistió en la necesidad de una Iglesia más humana, compasiva y cercana.

Su testamento, más que un cierre, parece una carta abierta que invita a seguir caminando hacia una Iglesia más inclusiva y comprometida con los desafíos del siglo XXI.