- Columna de opinión.
- Escrita por: Eduardo González Velázquez.
Lo que comenzó en 2018 con el triunfo de Morena y la llegada a la presidencia de la República de Andrés Manuel López Obrador, así como con la puesta en marcha de políticas sociales en favor de quienes menos tienen y una lamentable actuación de la oposición durante el sexenio negándose a sí misma la oportunidad de plantear un proyecto de nación diferente y sustentado en la realidad, cerró el ciclo con la confirmación por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) de la asignación de legisladores de representación proporcional (RP), que dan a Morena y sus aliados una mayoría en la Cámara de Diputados y lo dejan a tres escaños en el Senado.
El partido guinda tendrá un total de 236 diputados (161 de mayoría y 75 de RP); la segunda fuerza será el Verde Ecologista con 77 curules (57 de mayoría y 20 de RP), mientras el PT será la cuarta fuerza, con 51 diputados (38 de mayoría y 13 de RP). Así, los legisladores de la Cuarta Transformación ocuparán 364 curules. La oposición verá disminuida su presencia, a saber: el PAN contará con 72 curules (32 de mayoría y 40 de RP); PRI sumará 35 espacios (nueve de mayoría y 26 de RP); el PRD tendrá uno; y Movimiento Ciudadano se quedará con 27; y habrá un diputado independiente.
En el Senado Morena tendrá 60 senadores (46 de mayoría y 14 de RP); el Verde Ecologista se queda con 14 escaños, y el PT, con nueve. El PAN contará con 22 integrantes (16 de mayoría y seis plurinominales), mientras el PRI obtiene 16 escaños (12 de mayoría y cuatro de RP), el PRD alcanzó dos lugares, y Movimiento Ciudadano tendrá cinco escaños (La Jornada, 24 de agosto de 2024).
A querer o no, esta conformación no se debió a una disposición arbitraria del INE, tampoco es resultado de una mala interpretación de la Constitución, el nuevo Congreso de la Unión es producto de los millones de ciudadanos que salimos a expresarnos en las urnas el 2 de junio pasado, sin importar la naturaleza de nuestro sufragio. En este mismo sentido se manifestó la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, “este órgano no puede apartarse de la Constitución ni cambiar las reglas del juego en la asignación de legisladores plurinominales como pretendía la oposición”, aseguró.
Es cierto que Morena y sus aliados tendrán a partir del 1 de septiembre la posibilidad de modificar la Constitución, pero ello, a pesar del disgusto de la oposición por el tamaño de la sobrerrepresentación que tendrán los legisladores de la 4T, no es ilegal, menos ilegítimo. La conformación del nuevo Congreso es consecuencia de la votación de los ciudadanos y de lo dispuesto por la Constitución.
Por supuesto, que la bancada mayoritaria de Morena y sus aliados deben entender que el respaldo recibido en las urnas no se significa un cheque en blanco, por el contrario, el nivel de responsabilidad adquirido se potencia respecto al apoyo obtenido en 2018 y 2021.
AL fin, el proceso electoral que comenzó el 7 de septiembre pasado ha concluido. Lo que sigue es que legislen en favor de la República. Al tiempo.
