Cierre y apertura de ciclo
  • Columna de opinión escrita por Eduardo González Velázquez, Profesor del Tec de Monterrey.

 

La jornada electoral de ayer domingo en el Estado de México y Coahuila viene a ser las veces de cerrojo, de un proceso que inició en 2014 y hoy concluye; pero también es la puerta que se abra de cara al nuevo ciclo político-electoral que tendrá como evento fundacional la elección presidencial de 2024.

En 2014 nació el partido de Morena ya con registro en el Instituto Nacional Electoral. En ese año, Andrés Manuel López Obrador afirmó que en la elección de 2018 obtendría el triunfo con 30 millones de votos. La promesa la cumplió. A partir de su fundación, Morena ha ido avanzado significativamente en todo el país. Hoy encabeza 22 gubernaturas, frente a las 5 del PAN, 2 de MC, 1 del PRI y 1 del PVEM.

Veamos primero el cierre del ciclo. Es decir, durante la última década prácticamente el avance de Morena ha sido constante, desde luego, ha tenido sus tropiezos internos (la mayoría de ellos) y contra la oposición, pero no podemos negar su constante crecimiento que lo colocan como la primera fuerza política del país, al amparo, por supuesto, de su fundador.

En estos años, el crecimiento de Morena desplazó al resto de los partidos políticos. Al PRD casi lo extinguió y la caída del PRI, lo vuelve una fuerza electoral regional. El PAN ha podido mantener su bastión en el Bajío, pero en el resto del país su presencia también ha disminuido. Por su parte Movimiento Ciudadano, aunque ha avanzado, solo se mantiene en Jalisco y Nuevo León.

Por donde lo veamos, el primer gran corte de caja de Morena es altamente favorable para el presidente, López Obrador y sus seguidores.

Ahora bien, el llamado a las urnas del día de ayer también se convirtió en el banderazo de salida rumbo a la elección presidencial del año que viene. Frente a esta realidad el escenario para Morena y los partidos de oposición es diametralmente distinto.

Para el partido en el poder, el arranque es mucho más favorable que cuando iniciaron la campaña electoral de 2018. Hoy gobiernan casi todo el país y el respaldo de sus bases sociales no parece disminuir. Por lo tanto, el mayor reto para Morena no es ganar la elección presidencial, sino lograr mantener la unidad del partido luego de la designación de la o el abanderado presidencial que saldrá de Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard.

El gran enemigo de Morena, a no dudar, es Morena. De la manera en la que salga librado el partido de su elección interna dependerá en mucho el tamaño y alcance de su triunfo en 2024, no la victoria misma, porque esa al día de hoy la tiene en la bolsa.

  • Eduardo González Velázquez.
  • Profesor del Tec de Monterrey.
  • @contodoytriques