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Aprovechando la coyuntura mediática y que los ojos del país están vueltos en prestar mayor atención al avance de los contagios por el coronavirus COVID19, y que gran parte de las bancadas panistas, priistas y perredistas se ausentaron por la cuarentena, en San Lázaro MORENA aplicó un “albazo legislativo“, con el que aprobó en lo general y en lo particular el proyecto de decreto con el que se establecen las reformas a las Leyes Generales de Instituciones y Procedimientos Electorales y a la de Partidos Políticos, dando paso así a la reelección y a la eternización en el poder de algunos actores políticos. 

Las maneras, son el vivo ejemplo de que la política en México no ha cambiado y lo que hoy hace MORENA se parece más a las prácticas antiquísimas del sistema priista, que a otra cosa, así lo refiere el académico y analista del Tec de Monterrey experto en temas políticos, Eduardo González Velázquez, en entrevista con RumboMx. 

“Es una muestra más de que nuestro sistema político sigue siendo un sistema político priista. Una buena parte de las prácticas para hacer política, para hacer gobierno, siguen siendo las mismas que crearon los priistas, que usaron después los panistas y que hoy a nivel nacional usa MORENA.  Una muestra de ello es precisamente el albazo legislativo. Si bien antes los priistas usaban las vacaciones, los periodos vacacionales para dar una sorpresa legislativa o desde el ejecutivo, hoy lo que utilizan es la cuarentena por el coronavirus, pero al final del día las prácticas son las mismas”.

No escapa a la atención del especialista, el hecho de que pese a que se trataba de una reforma importante, la oposición en el Congreso simplemente no acudió.

“No deja de llamar la atención por otro lado, que la oposición también les aligera la plana. Porque se dio una práctica similar a la que pudimos ver hace unos años en venezuela, en la que la oposición se negaba a participar en elecciones o en algunas discusiones en el legislativo, lo cual hacía mucho más fácil el desarrollo a conveniencia del ejecutivo de pues que las prácticas y las reformas que se quisieran dar”.

De este modo, el “asunto” ya estaba más que cantado, menciona González Velázquez, quien lamenta que la ausencia de los diputados del PRI, del PAN y del PRD hicieran que las condiciones fueran favorables para la mayoría, y que esta pudiera votar a favor su dictamen.

Las formas, lejos de ser democráticas son una muestra clara de que la política en México no ha evolucionado, ni conoce otras maneras.

El académico espera que sea en el Senado -órgano político que se ha mantenido -más o menos- a la altura-  en donde se detenga esta iniciativa, se estudie a fondo y se justifique si es aprobada finalmente o no. 

“No hay que olvidar que estas modificaciones van a pasar todavía al senado, en donde las voces en contra de este albazo puedan influir para que se eche para atrás la iniciativa en el Senado. No es que pase de manera automática o que el Senado la eche para atrás. Hay que esperar que en el Senado les enmiende la plana a los diputados. El Senado, al menos en esta legislación, son los que han dado la nota. En realidad, el Senado se ha comportado de una mejor manera y los diputados han terminado haciendo bastantes desfiguros”.

Sobre la reforma aprobada por los diputados de MORENA, PT, Partido Verde y PES, Eduardo Velázquez sostiene que lejos de estas modificaciones garanticen a los mexicanos mejores ejercicios de gobierno, solo servirá para eternizar personajes en la política.

“De manera personal me parece que el asunto de la reelección no nos garantiza un buen ejercicio en el Gobierno. Ya sea de presidentas municipales, diputadas, etcétera. Creo que no es por definición. Y porqué digo esto, porque a lo largo de nuestra historia política si bien no había existido una figura de la reelección como existe hoy, si teníamos un mecanismo mediante el cual los funcionarios y los representantes populares se eternizaban en el poder aunque no fuese en el mismo puesto, ya fuera de presidente municipal a regidor, a diputado, a senador, a gobernador, otra vez a representante popular, lo cual no nos garantizó en ningún momento ningún buen ejercicio de gobierno. E incluso tampoco fue un elemento que estuviese tomado en cuenta por parte de los funcionarios para mantenerse en el poder, es decir no había una preocupación por que el funcionario dijera “bueno voy a tener que gobernar bien para pedir el voto para ser diputado”. En realidad lo pedían con un cinismo a prueba de fuego, lo cual nos muestra que en realidad el proceso de la reelección en nuestro país no nos está garantizando la calidad en los funcionarios ni en el ejercicio de gobierno. En ese sentido creo que esta reforma no solamente no va a garantizar por sí misma que tengamos mejores gobernantes, sino que además hay algo que sí me preocupa, que es el que no tenga que dejar su espacio de la curul para hacer campaña”.

Además, concluye el analista político, se da por definición que el camino en las próximas elecciones no estará del todo parejo.

“Aquí en México, si nosotros pensamos que los diputados van a poder hacer campaña política desde la curul, pues ya podremos darnos cuenta de la cantidad de recursos públicos que podrán usar para su campaña. No es el caso de otras democracias, por ejemplo la de Estados Unidos, en donde el presidente hace campaña para su reelección, y sigue siendo presidente y no pide licencia ni mucho menos. Este no es es el caso de nuestro sistema político. Me parece que en este caso en particular, no abona a un proceso, más allá de que sea democrático o no, no abona a un proceso en el cual los candidatos vayan en igualdad de condiciones a competir por los votos ciudadanos”.